
Al igual que es recomendable cuidar nuestro cuerpo, deberíamos de tener en cuenta hacer lo mismo con nuestro vehículo. Es por eso que usaremos ésta metáfora a lo largo del artículo, ya que es una genial herramienta para explicar lo que debemos hacer para alargar la vida de nuestro vehículo de forma que lo entienda todo el mundo y sea difícil de olvidar.
Mima tus pies
Apuesto que no te gusta andar con heridas en los pies o con un calzado incómodo ¿verdad? Pues a tu vehículo tampoco le gusta andar con ruedas desgastadas o presiones incorrectas, y es por eso que mínimo debes revisar la presión de tus neumáticos mensualmente.
Asegúrate de ver bien
Todo el mundo hemos usado gafas, ya sean de sol o de visión, y sabemos lo molestas que son las manchas en ellas. Pues la luna delantera de nuestro coche es como unas gafas, y hay que mantenerla limpia para ver lo mejor posible siempre. Para esto, es de vital importancia cuidar las escobillas limpiaparabrisas y cambiarlas en cuanto se note una pérdida de eficacia en el barrido. Otra cosa a tener en cuenta es disponer siempre de suficiente líquido limpiaparabrisas en el depósito.
Los faros también son un elemento esencial para controlar tu capacidad de visión y además sirven también para que te vean. Afortunadamente, casi todos los vehículos actuales nos avisan cuando hay un faro o piloto fundido, pero si no es tu caso asegúrate de comprobar su correcto funcionamiento y reglaje de los mismos.
Vigila tus niveles de aceite
El aceite de nuestro vehículo es como nuestra sangre, ya que se encarga de que las piezas de nuestro motor se encuentren perfectamente lubricadas para que funcionen con total normalidad. Por eso tenemos que cuidar el nivel de aceite y la calidad del mismo comprobando el nivel del líquido de aceite una vez al mes y respetando siempre el periodo de cambio de aceite recomendado por el fabricante.
El agua es muy importante
El agua es vital para nuestra existencia, al igual que el motor de nuestro coche también necesita refrigerarse, por lo que es conveniente revisar el nivel de líquido anticongelante y líquido refrigerante para rellenarlo en caso de ser necesario y así evitar sobrecalentamientos y daños que no queremos que se produzcan.
Cuida tus articulaciones
Al igual que a nadie le gusta correr por caminos en malas condiciones, a tu coche no le gustan cosas como pasar un badén o ir por carreteras con baches a toda velocidad. Haciendo esto lo único que conseguiremos será acortar la vida de la suspensión y los amortiguadores delanteros y traseros, sea cual sea la marca de nuestro vehículo. Otra forma de someter a amortiguadores a una carga extra es circular con el maletero cargado hasta arriba, por lo que intentaremos evitarlo.
Calienta antes de realizar algún ejercicio
Igual que nosotros calentamos, o deberíamos, antes de cualquier actividad física para evitar lesiones, a nuestro coche le pasa lo mismo a la hora de funcionar. Es por esto que debemos hacer cosas como esperar unos segundos tras arrancar hasta ponernos en marcha y después de esto ir iniciando con marchas suaves, sin exigir mucho al motor hasta que no esté preparado para ello.
Respira bien
Ni nosotros ni el motor de nuestro vehículo puede vivir sin aire, y cuanto más limpio sera el aire, mejor. Para conseguir el mejor aire posible para nuestro vehículo es fundamental mantener en buen estado el filtro de aire.
Guarda un poco de energía
La batería es esencial para que nuestro coche arranque y de ahí la importancia de su cuidado. Si bien es verdad que las baterías no tienen un plazo de vida útil determinado, pero si lo que quieres es cambiar la batería lo más tarde posible hay que prestar atención a ciertos hábitos. Algunos de éstos son: evitar tener dispositivos conectados con el motor en pausa, arrancar pisando el embrague, etc.
No seas brusco
Conduciendo de forma brusca perjudicaremos a los frenos y a las pastillas de freno de nuestro vehículo. Por eso, trata de conducir de una forma suave y anticipándote a posibles frenadas.
No olvides limpiarte
Al igual que es importante la limpieza en las personas, también lo es en nuestros vehículos. Elementos como el polvo, el barro o los excrementos de pájaros dañan la pintura y con el paso de los años nuestro vehículo paracerá mucho más viejo de lo que es realmente. Por otro lado, tener un motor limpio facilita localizar fugas y también su mantenimiento.
Visita a tu médico
Llevar una vida sana es beneficioso para nuestra salud y mantener controlados todos los aspectos posibles de nuestro vehículo ayudará a prevenir posibles averías en el futuro. Por esto debemos realizar las revisiones pertinentes indicadas por el fabricante. Y recuerda, no dudes en visitar un taller mecánico si notas algo extraño en tu coche o si alguno de sus indicadores te avisa de una avería.